La decisión de relanzar Europa como parte del mercado global fue anunciado por la Comisión Europa en el año 2020, a través del programa Next Generation EU, con un enfoque sin precedentes en torno a la digitalización. Los marcos de la Década Digital Europea, y la Estrategia Europea de Datos idean cómo crear una nueva economía digital para nuestro continente. Esta se articula alrededor de la creación de espacios de datos comunes intersectoriales, así como entre países, basándose en infraestructuras seguras e interoperables que cruzan las fronteras de la periferia a la nube, en un novedoso proceso continuo de computación.

En esos momentos, todo el mundo empezó a hablar de la soberanía digital como la transposición necesaria de este concepto (naturalmente político) al ámbito opaco y a menudo autárquico de los gigantes que dominan el mercado de la nube. La Comisión Europea, todos los estados miembros, así como los actores industriales clave que proporcionan o utilizan estas tecnologías, comenzaron a hablar con una sola voz sobre la necesidad de un nuevo paradigma de controlabilidad y autonomía sobre las plataformas digitales, sobre el que impulsar el movimiento y la explotación soberana de datos en la nube. Pero para ello, había que trabajar primero en la confianza y la flexibilidad, reduciendo la dependencia de modelos privados o autocráticos, re-nivelando también el campo de juego para restablecer el liderazgo de los jugadores europeos en Europa, y también a nivel mundial. Sin embargo, seguía dándose un problema de raíz: la UE no comparte suficientes datos.

Muchos de estos conjuntos de datos están disponibles en el mercado, bien de forma gratuita (Datos Abiertos) o comercializados (como el nuevo Data Exchange de la ciudad de Shanghai), pero si no se conocen o explotan, estos no pasarán de tener un impacto limitado. Además, los datos con mayor valor latente siguen sin estar accesibles. Es por ello que, por ejemplo, los investigadores farmacéuticos prefieren realizar sus pruebas en países donde es fácil acceder a los datos personales. Así, el 80 % de los datos y aplicaciones industriales de la UE todavía se ejecutan en servidores locales o en una nube privada, debido a la falta de plataformas tecnológicas completamente transparentes o interoperables. La transparencia, interoperabilidad y controlabilidad de las infraestructuras digitales son ingredientes clave con que impulsar un verdadero renacimiento digital de la UE y que lidere el futuro de la economía digital, también a nivel mundial.

Gaia-X ha hecho de este objetivo su razón de ser: la creación de un marco software capaz de interconectar datos e infraestructuras existentes, brindando el nivel de confianza necesario a través de un conjunto de credenciales verificables objetivamente, y que permiten articular estas deseadas bondades de los servicios digitales. Y Gaia-X surge de la industria, como la voz del mercado, pero introduce un paradigma innovador basado en la ética de datos, y liderando desde el ejemplo la implementación de reglas que ahora se van a codificar en un nuevo código de conductas y normas emitidas en los últimos meses por la UE (Data Governance Act, Digital Markets Act, Digital Services Act, Data Act, etc). Además, los valores europeos sobre la privacidad de los individuos exigen un nuevo estándar tecnológico que permita combinar servicios de diferentes proveedores sin con ello comprometer la exposición de datos de carácter personal que tergiversen el sentido del producto final ofrecido.

Una plataforma de datos de nueva generación

                                                                           

La Gaia-X European Association for Data and Cloud AISBL es una organización sin ánimo de lucro con más de 348 miembros (tanto de Europa como extraterritoriales) que trabajan con el mismo objetivo: diseñar una nueva generación de plataformas tecnológicas fiables, para permitir una economía de datos justa y próspera en Europa. La asociación europea está además fuertemente conectada con los hubs nacionales, independientes, desde donde se genera la capilaridad de mercado y la practicidad de este innovador paradigma, y que interconectan las necesidades y las soluciones de diferentes tipos de entidades de cada EM, conjuntamente representando al conjunto de la ciudadanía europea.

Para lograrlo, lo primero que se hizo fue captar las dificultades del AS-IS y desarrollar los requisitos TO-BE. Se generan especificaciones y servicios a conectar con las tecnologías cloud ya existentes, y así crear plataformas fiables. Es decir, plataformas donde los datos industriales (Business-to-Business) se puedan intercambiar entre las partes de manera segura, pero sobre todo transparente y controlable, es decir, soberana. Sin embargo, frente a interpretaciones originales, la iniciativa no busca crear nuevos proveedores de nube europeos, ni penalizar a los incumbentes, que ya aportan un alto valor añadido. El objetivo es generar un modelo arquitectónico que habilite el cómputo de índices de confianza sobre servicios de infraestructura y conjuntos de datos. Dicho de otra forma, pertenecer al ecosistema Gaia-X implica la aceptación de unas reglas mínimas (técnicas y operativas) con que crear grafos de trazabilidad sobre las identidades y características de cualquier oferta de servicios cloud, y con ello generar transparencia y confianza sobre los mismos.

Así mismo, y como se hace en base a un modelo federado, automáticamente facilita la creación de redes de negocio, con que capitalizar la progresiva transformación digital de las organizaciones españolas, reaprovechando sus inversiones en sistemas de información, abriendo posibles nuevas líneas de negocio, y mitigando también los riesgos asociados a las disrupciones en las cadenas de valor empresariales.

Francesco Bonfiglio, CEO de la AISBL, asegura que "Gaia-X tiene un enfoque único. No existe nada parecido ni se ha hecho antes". Añade además que la razón de todo esto es que ha habido una falta de conocimiento del potencial de la nube, así como sobre el nivel de dependencia que representa la tecnología digital. "La tecnología de la nube ahora está en el corazón de cada solución digital, desde las aplicaciones en nuestros teléfonos inteligentes, hasta el software que ejecuta los servicios públicos de gas, agua y energía que mantienen nuestros hogares".

Sin duda, la epidemia aumentó el sentido de urgencia de la digitalización, y la imperiosa necesidad de capitalizar en los servicios digitales para mantener la resiliencia operativa de los negocios y la sociedad. Al mismo tiempo, el proyecto Gaia-X había iniciado ya entonces sus primeros pasos, al albor de los anuncios europeos de su intención por desplegar una estrategia digital para el futuro de la Unión. Es por ello que tenemos ante nosotros una exuberante oportunidad de creación de sinergias, en base a la que Gaia-X está ya construyendo una nueva generación de servicios cloud transparentes, controlables e interoperables, que permitan preservar la libertad de elección que cualquier mercado libre de bienes y economía requiere y merece.

 

Un artículo de:

• Francesco Bonfiglio, CEO Gaia-X AISBL
• Alberto Palomo, CDO Gobierno de España y actual Chairman del Consejo Asesor Gubernamental a Gaia-X
• Francisco Montalvo, CDO Telefónica, y miembro de la Junta Directiva del Hub Gaia-X España

 

Más información

Visión de Gaia-X: Vision-Strategy.pdf (gaia-x.eu)
Preguntas frecuentes y respuestas: FAQ - Gaia-X: A Federated Secure Data Infrastructure